El 11 de mayo, la OMS catalogó la cepa Delta como una «variante de preocupación» y, a día de hoy, de acuerdo con los datos de la base GISAID de rastreo de mutaciones del SARS-CoV-2, esta variante está presente en 67 países, con la mayoría de los casos registrados en Reino Unido (21.552), India (5.749), Estados Unidos (2.097), Alemania (633), Canadá (360) y Singapur (295).
Expertos de India estiman que la cepa Delta es un 50 % más contagiosa que la cepa Alfa, detectada inicialmente en Reino Unido, y es la «causa principal» de la mortífera segunda ola de la pandemia en el país asiático. La mutación es responsable del 95 % de los casos del covid-19 en Singapur, ya se ha vuelto dominante en Reino Unido y pronto podría serlo también en EE.UU. A su vez, en Alemania temen que Delta podría propagarse aún más por el territorio nacional en los próximos meses y que a estas alturas es poco realista pensar que podrá evitarse ese escenario.
¿Cuán peligrosa es?
En el caso de los pacientes indios que se contagiaron con la cepa Delta, en lugar de los problemas respiratorios, los principales síntomas incluyen discapacidad auditiva, dolores de estómago, náuseas, vómitos, pérdida de apetito, dolor en las articulaciones, trastornos gástricos graves y coágulos sanguíneos de tal grado que pueden provocar gangrena, mientras que en Inglaterra y Escocia los primeros datos solo sugieren que esta variante conlleva un mayor riesgo de hospitalización en comparación con la que circulaba anteriormente en Reino Unido.
El cardiólogo de Bombay Ganesh Manudhane contó a Bloomberg que durante los últimos dos meses trató a ocho pacientes que desarrollaron complicaciones trombóticas —según sospechan sus colegas, debido a la cepa Delta— y a dos de ellos hubo que amputarles los dedos o un pie entero por microtrombos que conllevaron la necrosis del tejido afectado.